Correr, comer, catar. Ese parece haber sido nuestro sino este fin de semana. Si Juantxo se trasladó a la capital riojana del vino, por aquello de la vendimia, unos cuantos de los nuestros, para no ser menos, nos acercamos a una de las capitales del champi y la seta: la vecina Autol. Allí, un año más, nos esperaban la tortuosa cuesta del ayuntamiento y la extenuante subida al monte. Ambas un par de veces. Todo enmarcado en un recorrido de más de 8 kilómetros. Durilla, pero menos mal que al final nos esperaba la degustación (previo abono a los taberneros) de unos buenos pinchos a base del producto local, regados con que a cada uno le pareció bien.
Y la clasificación aquí: http://www.champinonysetadeautol.com/clasificacion/