39ª Edicion Zurich Marató de Barcelona
Unas 300.000 personas se lanzan a la calle para seguir el maratón de Barcelona
Ya no hay coches ni reproches. El maratón, esa prueba mítica de los 42,195 kilómetros que antes levantaba críticas y enfados por el hecho de partir la ciudad en canal durante toda una mañana de domingo, ha pasado de Cenicienta a Príncipe Azul. La ciudad, lejos de enojarse, se enorgullece de un acontecimiento que ha logrado situarse entre los mejores del continente; la ciudadanía, lejos de despotricar, ha optado por bajar a la calle, al asfalto, para animar a esos cerca de 20.000 corredores que tuvieron ayer la valentía de enfrentarse al reto de la legendaria distancia olímpica. En su 38ª edición, el maratón de Catalunya, afincado definitivamente en Barcelona, ya no es aquel que comenzó en 1978 en Palafrugell con 185 participantes, de los que acabaron 150, con Dave Patterson ganador en 2.23.15 horas. No. Once años después de un parón que amenazó con cobrarse su propia existencia -por divergencias entre la municipalidad y los organizadores de entonces-, el maratón es un acontecimiento en auge capaz de batir récords. Y no solo cronométricos o de inscritos (en esos 11 años ha multiplicado por cinco la participación), sino también de apoyo popular y ciudadano. Fuentes del ayuntamiento cifraron en 300.000 las personas que orillaron todo el recorrido para animar a los atletas y presenciar el paso del inacabable desfile de corredores. Casi 100.000 más que el año pasado.
Ahí estuvo nuestro Calagurris Javier Hermosilla, consiguiendo una muy buena marca.

